El próximo 24 de noviembre Argentina será la sede de un encuentro paralelo al Summit de Bancos de Desarrollo que se llevó a cabo en Roma en octubre. La iniciativa, que tiene a José Ignacio de Mendiguren y a Matías Kulfas a la cabeza, busca darle continuidad a la agenda del G20 en Italia con un giro latinoamericano.

Es también un punto de partida para la difusión de una corriente de pensamiento económico centrada en el rol estatal como impulsor de sectores privados con un criterio más amplio que el del rendimiento contable, en línea con lo que Alberto Fernández viene reclamando a la comunidad financiera internacional.

No en vano, el primer panel de la cumbre que organiza el BICE - que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo- se titula "Nueva arquitectura de la financiación internacional" y propone abordar los cambios y evolución de las finanzas internacionales, la inversión responsable con criterios Ambientales, Sociales y de buen Gobierno (ASG), así como las oportunidades para inversiones sostenibles.

De este panel participarán la directora de Finanzas del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bndes) de Brasil, Bianca Nasser; del Ministerio de Economía argentino, su titular de Asuntos Internacionales, Maia Colodenco; y el brasileño Jorge Arbache, vicepresidente para el sector privado de la CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina.

Por su parte, la segunda mitad del encuentro se titula "Desarrollo sostenible de Latam: valor agregado y comercio interregional". Y allí se abordarán las cadenas de valor o proveedores internacionales para las pequeñas y medianas empresas, la promoción de las exportaciones con inversiones sostenibles, la movilización de inversiones para la integración regional y el comercio internacional como factor de integración social y económica.

Cabe recordar que América Latina es de las regiones del mundo con menores proyecciones de crecimiento para los próximos años de acuerdo con estimaciones de organismos internacionales con el Fondo Monetario, y que se encuentra atravesada por la demanda china como motor centrífugo de los acuerdos regionales.

Se desploman las proyecciones de crecimiento en Brasil y afectan las perspectivas para Argentina

En este sentido, es de destacar la heterogeneidad de voces del panel en el que priman figuras con largas trayectorias en la finanzas corporativas y la banca privada, como el presidente del Banco de la República Oriental del Uruguay, Salvador Ferrer, quien considera a la agricultura como el motor del comercio exterior y del crecimiento del país vecino y acompaña a los ruralistas en el lanzamiento de la cosecha; o el de Carlos Linares, presidente del Banco de Desarrollo de Perú; o el de Jorge Arbeche.

En cambio, el de los funcionarios argentinos es un perfil más asimilable al de la presidenta del Banco Nacional de Costa Rica, Jeannette Ruiz Delgado, de amplia trayectoria en la banca pública y la carrera política.

Esto refleja en verdad la heterogeneidad de criterios de los gobiernos a la hora de designar las autoridades de sus Bancos de Desarrollo; ya que para este encuentro el BICE buscó la participación de referentes de todos los bancos de la región que tuvieran la misión del desarrollo económico.

Desde la organización del evento, aclararon que también se participó a bancos de Europa para darle continuidad a la cumbre de los Bancos de Desarrollo de Roma. Sin embargo, muchos declinaron la invitación y harán llegar su participación de forma virtual.

Sobre la participación de los europeos, cabe aclarar también que la visión latinoamericana, con sus diferencias internas, no sigue el mismo lineamiento de las discusiones de Roma en las que se abordaron discusiones sobre el calentamiento global y la economía net zero. Si bien, las agendas tienen puntos en común, los desafíos de los países central no necesariamente comprenden las urgencias de desarrollo de países con pobreza cercana al 40%, desempleo, recursos naturales e hidrocarburíferos económicos y abundantes, y escasez de capital.

El último punto llamativo es la reconfiguración de la política económica exterior del albertismo es que esta cumbre no cuenta con nadie del equipo de la Cancillería de Cafiero y Todesca Bocco, que vienen del grupo Callao al igual que Kulfas. Según reconstruyó este medio, desde Cancillería recomendaron a Colodenco del equipo de Guzmán para integral el primer panel.

No obstante, sí cuenta con la presencia de Jorge Neme, quien dejó el Ministerio de Exteriores junto con Felipe Solá tras el desembarco de Cafiero y pasó bajo la órbita de Manzur a seguir atendiendo las relaciones internacionales desde la Jefatura de Gabinete.